Palabras mal folladas que rumian ser piel. No saben bien ellas, componer libros, morir a deshora. Que no les falte cocaína a los poetas, que esnifan sus lamentos. Que no les falten ojetes que partir a los mariconudos, que arañan, apuñalan y se creen santos. Y a mí, que no me falte de nada.