Hoy, escucho la noticia de que el futbolista de moda, Cristiano Ronaldo es «gay» según el diario The Sun. Y yo, paro la maquinaria del mundo y me bajo. Ya no solo es indignante que el tema de la homosexualidad sea una noticia, sino lo que más indignante aún es que se intente utilizar como algo totalmente despectivo.
La homosexualidad en el deporte es el gran tabú, primero y únicamente, las estrellas que ganan partidos, son seguidos por miles de hombres. Y el gran comercio de camisetas y otros productos, no tendrían el éxito que tienen porque ¿quién se pondría una camiseta de un maricón que le da patadas al balón?
Señores, no solo estoy ya cansado de que se utilice el tema de las orientaciones sexuales, como arma arrojadiza para desprestigiar. Porque no entiendo que lo que quiera hacer alguien en su cama, fuese algo despreciable. Sino que esta pequeña reflexión me lleva a lo segundo expresado: Que por el ser gay nadie puede obtener reconocimiento.
Si fuese este futbolista gay, a mí señores me importa un enorme carajo. Porque no es más machote el que le da patadas a un balón, ni se acuesta con mujeres espectaculares. Sino, que lo que hace hombre al hombre, es su capacidad de superación, de empatía, de afrontar los verdaderos problemas que la vida le coloca en su camino.