La luna nos acosa, dentro de frascos de cristales, porque enjaulada la dejamos bajo abrazos desenlazados.
La luna nos mira inquieta, en un cielo que la nubla, porque se siente celosa de los besos que besados se exterminan.
La luna es nuestra amante y cansada se queja, del amor que desprende mi pecho sobre tu pecho inquieto.
Yo te miro con la luna iluminado.