-Te quiero más que ayer – dijo ella. Él simplemente sonrió. La taza de café le hizo un poco de daño en los dedos, después esa sensación pasó a ser algo agradable y al final le producía placer. Durante los desayunos había momentos que se daba cuenta que estaba allí, y otros que le resultabaSigue leyendo «Porque es hoy»