Subía la cuesta una viuda sin aliento, buscando algún muerto para llorar. Vi tu imagen reflejada en el vestido de la viuda que andaba. Tiraba del velo, cortaba flores. Tu imagen reflejada. La primera vez que lloré contigo, recitábamos poemas, bebíamos letras. Mojábamos el agua y pescábamos planetas. Se paró una viuda que subía unaSigue leyendo «Se ahogó la hormiga caminando sobre el olivo»