Hablar de Paulo, ese escritor pseudo gurú de la autoayuda, es un terreno que para muchos está claro: vende humo facilón. Y yo, en ese punto, no voy a cambiar nada. Pero… quiero defender dos de sus obras.
Por un lado tenemos «A orillas del río piedra me senté y lloré». Adoro este libro, simple y bien escrito, con un título precioso y una pequeña intro romántica. Además una reflexión sobre el amor, desde un punto religioso, bastante interesante y que me hizo pensar. Un libro que no parece de este escritor. Es cierto que utiliza tópicos, y que sus frases son facilonas. Pero me encantó.
Y su obra por excelencia, «El alquimista». Es posible que llegase a mis manos en el momento más adecuados, en los que tienes que leer ese libro concreto. Pero me enamoró. Sí, cierto tópicos, búsquedas, pensar, autoayudas. Pero creo que a veces, nos hace falta que aunque de manera facilona y simplista, alguien nos haya metido un rollo universal de conspiración cósmica. En este mundo en el que ni los capitalistas creen ya en el capitalismo, y nadie cree en nada. ¿Por qué no una conspiración cósmica?
En cambio, Verónica decide morir, sobrevalorada. La típica que esperas más de lo que te dan. Un libro gatillazo que te deja a medias.
Y a partir de ahí, todo lo mismo.