Por eso, de aquello de que te quiero,
de síntesis infrahumanas,
de pensar que todo acaba como empieza.
De las calles que se vuelven penumbra cuando asoma la luna,
caminando entre escombros de pasados marchitos,
olvidados.
Por eso, de conocerte sin conocer,
de hablar contigo sin voz.
Por eso y sólo por eso,
te quiero.
Riendo me tumbé, guardando debajo de la cama,
en una caja vieja de zapatos;
el sol.
Tiré por la ventana las manillas del reloj dejándolo en silla de ruedas.
Mi taquicardia extrema, me tranquilizó
La ciudad dormía apagada,
con luces cansadas de trabajar.
El recuerdo de tu sudor amargo,
se me calaba en la piel,
entorpeciendo mi respiración.
Me senté en la cama dándole una patada a la vieja caja de zapatos.
Intentando saber,
si anoche,
soñé.
Precioso y lleno de sentimiento…tú.
Gracias, los sentimientos como bien sabes, tenemos que compartirlos con ese ánsia.