Cualquier bar

Me dolían los labios de no besarte. Sentado, abrazado a una copa me anestesiaba para dejar de sentir. Pero empezó, como daño colateral, a dolerme los ojos de no llorarte.  Imaginaba que no despertabas recostada en las luces del alba. Fumaba, sin saber respirar, intentando hacer pequeños círculos de humo grises que se transfiguraban con mis labios al salir.

Las caricias del vaso, con ruido de dos hielos, me dejaba un áspero sabor de boca, recordándome besos furtivos, todos aquellos besos.

Me sentía llegar tarde a algún sitio que había olvidado. Me dolían los pasos de no caminar, allí sentado con ganas de huir. Se me cuarteaban lo labios, de pensar en no besarte.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: