#Exposición 1984 #Tattoo

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Como siempre, un placer acompañar a grandes talentos, que aunque todos estamos en el proceso de comenzar la pequeñas andanzas, son grandes los resultados.
El centro de Tatuajes 1984 Tattoo en la Alameda de Capuchinos, convocó un evento donde diferentes dibujantes irán pintando un mural durante todo el mes de septiembre. A final de mes, dicho mural, será destinado a una obra social.
Encontrarme allí con Luis o Aintanze Cruceta fue como siempre un placer que me reportó grandes sonrisas.

#LibrosColgados Cuarta Edición

Presentación

Y no hay dos sin tres, pero tampoco cuatro. Es la cuarta vez que, desde hace dos meses, se ha vuelto a reponer todos los lienzos, expuestos y a la venta, en la Librería Proteo de Málaga.

El orgullo es inmenso para mí, como autor de este pequeño proyecto, el cual no esperaba la inmensa acogida recibida.  Y el, siempre infinitvo, apoyo de mis compañeros de Mitad Doble y Librerías Proteo.

Es por ello que durante todo el mes de septiembre, he regalado a la librería ocho pequeños Libros Colgados, para que todos puedan participar en varios sorteos que irán preparando.

A todos, nuevamente, gracias eternas. Y animar a participar en todo este proyecto, el cual va dirigido como una campaña para la publicación de mi primera novela. Gracias.

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Exposición «Libros colgados»

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Después de tanto aludir los caminos, de subidas y bajadas, llantos y risas; pensé en que al final toda mi alma la tenía que colgar.  Mis manos y mi espíritu es una letra tras otra que no deja de unirse a las demás, que termina por componer mi mundo. Y con todo un universo por compartir.

La exposición «Libros colgados» son lienzos donde he plasmado con mi vieja máquina de escribir, aquello que me corre. Vueltos a montar de nuevo, uno a uno, terminé de contar esa historia pintando con el corazón.

Cada uno de ellos, es original y único, formando trozos de mi aliento.

Agradecer la colaboración incondicional de Mitad Doble y Librerías Proteo.

 

Atardecer en la cama

20140301-235611.jpg(Foto Maite Fernández-Campón)

Por eso, de aquello de que te quiero,

de síntesis infrahumanas,

de pensar que todo acaba como empieza.

De las calles que se vuelven penumbra cuando asoma la luna,

caminando entre escombros de pasados marchitos,

olvidados.

Por eso, de conocerte sin conocer,

de hablar contigo sin voz.

Por eso y sólo por eso,

te quiero.

Riendo me tumbé, guardando debajo de la cama,

en una caja vieja de zapatos;

el sol.

Tiré por la ventana las manillas del reloj dejándolo en silla de ruedas.

Mi taquicardia extrema, me tranquilizó

La ciudad dormía apagada,

con luces cansadas de trabajar.

El recuerdo de tu sudor amargo,

se me calaba en la piel,

entorpeciendo mi respiración.

Me senté en la cama dándole una patada a la vieja caja de zapatos.

Intentando saber,

si anoche,

soñé.

Greti preciosi

20140301-235528.jpg(Foto: Maite Fernández-Campón)

A veces, lo único que importa, es tocar la luna a dos manos. Sonreírle al cielo y dejar latir el corazón.
A veces, a faltas de fuerza sobrehumana, deben volar las aves del paraíso en un atardecer sin ocaso.
Y a veces, sólo a veces, uno debe de ser lo que su alma le dicte.

Algún día

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(Foto Maite Fernández-Campón)

Según vivimos, actuamos de un modo u otro. Dependiendo siempre de aquellas cartas, que nos han dado para una partida, sabida de antemano, perdida.

Algún día, se oirán como caen los ángeles desnudos del cielo, en algún momento que no esperemos, que pase nunca más.

Algún día, se quitarán las ropas las monjas recatadas, para sorprender a las nubes que sinceras, ni las miran.

Y cuando llegue aquel día, ese momento que no nos llega. Sonreirán los pájaros con los picos engalanados.

Aquel día, en el que explotará el corazón palpitante en la boca.

Algún día que aprendamos a hacernos el amor, un día que no sabemos en qué calendario se esconde, ni en qué agenda está anotado.

Ese día que se repetirá en sus noches yo dejaré de escribir, para que tus noches sean las mías.

Algún día.

Desde el betún de Judea

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(Foto Maite Ferández-Campón)

Desde el betún de Judea que me bañó la piel, perseguimos los sueños que resbaladizos, se escapan entre los dedos.
Los besos quedan olvidados tras las puertas, cerradas con cal y sin canto de sirenas que no dicen nada.
Y consumidas las velas que alumbraron nuestros cuerpos, no parpadean sobre ninguna piel abandonada.
La suerte se me convierte en una baraja mal mezclada, en una cuestión de pasos de bailes ya ensayados.
Y el pasado un pañuelo con viejos aromas que utilizamos cada invierno.