#Luna y un elogio
La luna nos acosa, dentro de frascos de cristales, porque enjaulada la dejamos bajo abrazos desenlazados.
La luna nos mira inquieta, en un cielo que la nubla, porque se siente celosa de los besos que besados se exterminan.
La luna es nuestra amante y cansada se queja, del amor que desprende mi pecho sobre tu pecho inquieto.
Yo te miro con la luna iluminado.
Día

Algún día, se oirán como caen los ángeles desnudos del cielo, en algún momento que no esperemos, que pase nunca más.
Algún día, se quitarán las ropas las monjas recatadas, para sorprender a las nubes que sinceras, ni las miran.
Y cuando llegue aquel día, ese momento que no nos llega. Sonreirán los pájaros con los picos engalanados.
Aquel día, en el que explotará el corazón palpitante en la boca.
Algún día que aprendamos a hacernos el amor, un día que no sabemos en qué calendario se esconde, ni en qué agenda está anotado.
Ese día que se repetirá en sus noches yo dejaré de escribir, para que tus noches sean las mías.
Algún día.
Conversación

Cansado ya de descansar, me levanté. Con varias bocanadas de un aire que se me antojó con más contaminación que de costumbre, tuve suficiente para recuperar aquellas fuerzas que perdí.
Después de varias vueltas alrededor de mí mismo, me di cuenta que el punto de partida era: yo.
Era azul tiznado de negro y un poco de naranja el cielo de aquella noche, un cielo que parecía no ser cielo. Un cielo, que sólo pretendía serlo.
Antes, el teléfono me sonó más veces de lo que yo estaba acostumbrado. Él con voz de tener una voz, me dijo lo que intentaba decirme. Que quería saber si yo era, aquel que una vez fui.
-Ahora soy el que me dejan ser- respondí.
-Quisiera que seas el que tú quieras- volvió a decir.
-Yo, no sé si podré- dudé.
-Yo quiero que lo seas-. Colgó.
Pasó la primera nube, que era gris, para tapar aquel color inexpresivo que no decía nada. Le siguieron algunas más, pero yo no las vi.
Después pensé.
Pequeña música nocturna, de Liliana Díaz Mindurry

Conocer a Liliana, la autora de «Pequeña música nocturna», ha sido un enorme placer, y ser su maestro de ceremonias presentando sus libros en la Librería Proteo-Prometeo; ha sigo una gran experiencia.
Liliana es una gran mujer de letras, con una vida llena de experiencias novelescas, que han logrado hacer de ella un mujer fuerte y a la vez de enorme accesibilidad. Charlar con ella, si logran tener la oportunidad, es magnífico. No solo porque sabe ciertas cosas que te deja boquiabierto, sino porque además, comparte esas ideas de sobre qué es la literatura que las compartes con ilusión: «La literatura no organiza el caos, para ello ya está la ciencia. La literatura te sumerge en los agujeros negros para hacerte pensar».
Su prosa la recomiendo. Esa, tan personal forma de adjetivizar y construir a los personajes, es algo que yo particularmente adoro. Expresiones llenas de desgarro, que hacen que odies a sus personajes y que el texto te pegue una fuerte bofetada. Una gran instrospección que logra situarnos en lo que piensa y siente. A mí me recordó a un New Roman francés renovado, aunque la autora ni quiso ni fue su intención.
Hans Küng, mi #teólogía de cabecera

Yo quise ser teólogo, de hecho, nunca he renunciado a ello; pero la incompatibilidad de horario (y la pasta, porque una carrera es una carrera), me ha llevado a estudiar diversos maestros en la materia. Pero sobre todo, uno de los que me encantan, es Hans Küng.
Este sacerdote alemán, fue compañero del Papa emérito Benedicto XVI, y antes de que este mismo fuese santo padre; condenó y retiró la cátedra de enseñanza a Küng. Es curioso, como nuestra madre la Iglesia (porque a todo esto soy católico), continúa con esa regla de madera ajusticiando a todos los malos alumnos que intentar ver otras perspectivas que a ella misma no le interesa ver.
Todo es complicado en las ciencias, mucho más cuando esa ciencia es la teología, en la que si la resumimos su modo de actuación sería: en lo más alto tenemos la PALABRA, el evangelio – el cual se ve interpretado por el Magisterio – este no puede ser cambiado a no ser que se reinterprete el propio evangelio, y hayan antecedentes que así lo puedan llevar a cabo – y la pescadilla que se muerde la cola.
Küng tiene para mí, un par de libros fundamentales:
- Ser cristiano
- La iglesia católica
- La mujer en el cristianismo
- Jesús
- Credo
Y es algo que recomiendo por la frescura y simpleza de comprensión de sus textos.
Sucedió en Málaga

La mejor forma de conocer el lugar que nos cobija, aque de nuestros ancestros, o ese del que nos hemos enamorado; es por su historia. Nos dicen que también por su comida, su gente, sus costumbres… pero esto es más márqueting turístico que otra cosa. Nada, nada etenderémos sin la historia.
Recientemente, muchos medios de comunicación, ponen a Málaga como la mejor ciudad de España (y a veces de Europa y por qué no del mundo), para vivir. Su enclabe geográfico, rodeada de montañas y la regulación del mar, crean una temperatura única. Su carácter cosmopólita la hacen abierta y sincera. Y es por tantas razones, que le debemos un testamento.
En forma de relatos, con el nexo de unión de una Málaga milenaria, mayor (que no vieja), Patrick nos sumerge en ciertos acontecimientos que debemos, no solo conocer, sino apreciar. Con este libro de «Sucedió en Málaga» comenzamos de forma seria, a plantearnos crear de forma literaria ese testamento que le debemos.
¿Qué tiene este libro que no tengan otros que ya hablan de Málaga y su historia? En primer lugar, la pasión de sus letras y la humildad del autor.
Mientras otros autores, utilizan la ciudad como vía de expiación, la adoran con la boca chica y la explotan de vistas para fuera dándose golpes en el pecho, como fariseos en mitad del templo para lucirse. Este en concreto nació de la admiración por la ciudad, y el miedo de no estar a la altura de ella. Ha logrado pues, no solo convencer al público sino ser un total éxito de ventas.
Recomiendo que conozcamos algo de nuestra historia, del mejor modo, que sumergidos en esta obra.
#Reseña «El chico de las estrellas»

Cogí el libro «El chico de las estrellas» de Chris Pueyo con bastante incredulidad, no me fío de los libros escritos por blogueros, youtubers, booktubers o pornotubers. No porque no confíe en la capacidad que puedan o no tener, sino porque aparecer en internet (incluso yo), no te hace un gurú-sabelotodo. La verdad, que no tiene mucho, cambios de tamaño y formato de letras, historia sencilla, incluso plana; pero me recordó algo: un poco a mí. No al yo actual, ni tampoco a mi pasado adolescente, pero esas similitudes.
El libro no es nada del otro mundo, se podría clasificar dentro de esos libros juveniles para pasar el rato; pero sí tiene algo que me conmovió y me gustó. El que tratase de forma directa el amor adolescente homosexual, que no se cortase un pelo sobre sus problemas y la no aceptación. E incluso, el hijoputismo de un cabrón que se aprovecha del protagonista.
Por ese lado, creo que es un libro que todo adolescente debería leer.
Trasmundo
Buscar una historia. Hoy es de esos días en los que lees, pero no ves nada. En los que ha pasado varios días iguales, te das cuenta que han pasado meses, en que no encuntras nada. La inspiración ha desaparecido, y sólo lo pones con tilde porque odias a la Rae y sus normas, y te hace más gracia que ayer el emoticono de la caca que sonríe. 💩
En la montaña de libros esta Trasmundo, una colección nueva de micronovelas que nace en los talleres de escritura creativa y ve la luz en la editorial de Mitad Doble. Una obra escrita por uno de los alumnos, compañero de letras y amigo, Antonio Luis Gómez Molero. Lo leo.
Encuentro ese mundo, que me provoca un pellizco enorme en el pecho. Es increíble, ese pellizco es inmenso, se agarra al pecho con desesperación y yo, me siento un discapcitado de las letras. ¿Leerse este libro? No. Este pequeño libro hay que desgustarlo, vivirlo.
Mi más enorme enhorabuena.
Termino de leerlo y a mi lado, la inspiración.
#Reseña «Lo que el viento se llevó»

Todos hemos visto la película, una bellísima actuación, un levantamiento de ceja hasta el punto de partirse en dos, la mano alzada jurando a Dios y un no parar de imágenes que han pasado a la historia del cine. ¿Pero y su libro?
«Lo que el viento se llevó» es la única novela que escribió Margaret Mitchell. Y creo que cuando lo hizo se quedó con el potorro bien agustito. Para mí, una obra maestra de la literatura. Creo que lo bueno de la película, de la cual es totalmente un calco del libro, es precisamente eso: ser totalmente exacta. Es cierto, que cuando lees la novela, descubres mucha más trama y dos curiosidades. Una es que el personaje principal es mucho más complejo, con más personalidad y fuerza que el desarrollado en la película. Y la segunda es que la frase estrella es otra.
Es un libro extenso, sí, pero ¡basta ya de tantas simplezas a la hora de leer y escribir! A veces, (para mí la mayoría de las veces), es más gratificante poder encontrar piezas extensas de descripción.
Lo recomiendo, lo amo y envidio.


